Article de Vicenç Navarro al diari Público 15-11-2012
¿Qué es patriotismo?
... independientemente de las muchas maneras mediante las
que tal concepto y sentimientos puedan definirse, sí que debería haber un
componente que coincidiera en todas las definiciones posibles. Y éste es que el
amor a la patria debería incluir amor a la ciudadanía de la entidad así
definida. No se puede amar a España (o a Catalunya) sin estar dedicado al
bienestar de la población que constituye tal país (España y/o Catalunya). Y,
puesto que la mayoría de la población pertenece a las clases populares, un
indicador de patriotismo debería incluir como elemento definitorio el
compromiso y dedicación a la mejora del bienestar de las clases populares. No
se puede amar a España (y a Catalunya) sin este compromiso, pues de lo
contrario se tiene una visión excesivamente esencialista, casi mística, de lo
que es la patria, una concepción poco coherente con la vida real de las
personas. En realidad, si la definición de patriotismo no incluye un compromiso
por mejorar la vida y bienestar de la mayoría de la población, entonces hay que
sospechar que el concepto de patriotismo está siendo utilizado, confundiendo
los intereses de la patria con los de un sector minoritario de la población.
Parecería, pues, razonable aceptar, incluso por las
derechas, que un elemento común de tal patriotismo fuera la dedicación de las
fuerzas patrióticas al bienestar del pueblo, que en términos cuantitativos,
serían las clases populares, clases populares que en cualquier país incluyen
las clases trabajadores y las clases medias de renta media y baja.
¿Son patriotas las fuerzas que se autodefinen como
tales?
Pues bien, tal dedicación puede evaluarse incluso
numéricamente. Como decía Mark Twain, el amor no puede cuantificarse, pero sus
consecuencias sí. Veamos, pues, los datos. En aquellos países de Europa donde
las derechas (que se autodefinen como las fuerzas patrióticas) han tenido más
poder históricamente, tales como el Sur de Europa (España, Grecia y Portugal),
el nivel de desarrollo económico, social y político ha sido el más bajo de la
Unión Europea. Los datos son abrumadores. Tanto el PIB per cápita como el gasto
público social per cápita, o el número de recursos públicos (desde
transferencias públicas, como pensiones, hasta servicios públicos, como sanidad
y educación, que contribuyen enormemente al bienestar y calidad de vida de las
clases populares) han sido, y continúan siendo, los más bajos de la UE-15. Es
también en estos países donde los ingresos al Estado son los más bajos, donde
la política fiscal es más regresiva y menos redistributiva, donde hay más
fraude fiscal y donde hay mayores desigualdades y concentración de la riqueza.
Estos datos permiten, entonces, hacerse la pregunta ¿dónde
está el amor a España de los súper patriotas españoles? Continuar
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